Por: Ramón Zurita
Informes de inteligencia de una agencia extranjera llegaron hasta las oficinas de la Policía Federal, en los que se consignaba el robo perpetrado en una de las residencias que el gobernador de Tabasco, Andrés R. Granier Melo, tiene en la ciudad de México.
Lo inusual de la información generó preocupación, ya que, además, se pedía investigar sobre los continuos viajes del gobernador de Tabasco a Las Vegas y otros sitios del extranjero, acompañado siempre del mismo séquito.
Y es que se cruzaron informaciones sobre sus prolongados viajes y la fortuna sustraída de su casa en Cerro de la Miel, ubicado en el residencial barrio de San Francisco, de la delegación de Coyoacán.
De acuerdo al informe se están corroborando las bitácoras de vuelo y los nombres de los pasajeros en esos viajes de supuesto relajamiento, en los que llama poderosamente la atención que en algunos de ellos se incluyan al gobernador y al secretario de Gobierno, algo que se considera como una situación anómala que en la misma nave viajen el primero y segundo en el orden de prelación de un gobierno.
Sin embargo, en Tabasco eso no importa, ya que Humberto Mayans Canabal, secretario de Gobierno, además del director de un diario local y otros personajes aficionados al juego y a la diversión, viajan con el gobernante.
Por eso, para la agencia de inteligencia, llamaron la atención estos movimientos de viajes a la ciudad del juego y otros sitios y lo cruzaron con la forma cómo se había perpetrado el robo y del porqué de lo relajado de la vigilancia en el inmueble y si, como publica el colega Ubaldo Díaz, no dio parte a la autoridad y solamente lo hizo con la administración del barrio residencial.
De lo primero, los ladrones sabían de sus movimientos y conocían las características de los vehículos que usa el gobernador en sus desplazamientos. De lo relajado de la vigilancia, se debe a que el gobernador usa también un departamento de Santa Fe, de más reciente adquisición y de la denuncia se sabe que ya hay detenidos, aunque no está plenamente comprobado que fueron ellos los rateros.
Y es que mientras el gobernador de Tabasco se relaja, la entidad se encuentra en un estado de indefensión por los azotes de la naturaleza que provocaron las más espantosas inundaciones de la historia en tres años consecutivos, dejando graves pérdidas en toda la región.
La seguridad se encuentra penetrada por la delincuencia organizada y el estado considerado como uno de los más ricos del país, pasó a ocupar uno de los últimos lugares en inversión, educación y desarrollo.
Sin cumplir siquiera los cuatro años de gobierno, la ciudadanía exige el relevo del mandatario, ante la clara ineficacia mostrada para gobernar.
Varios de los colaboradores del gobernador son señalados como parte de la galopante corrupción que ahoga a la entidad, situada en el vértice de las inundaciones y la sofocante corrupción, por lo que ningún presupuesto alcanza para aliviar los pesares ciudadanos.
Como si ello fuese poco, los reclamos, peticiones, sugerencias y exigencias del gobernador Granier Melo no son atendidos por nadie, ya que los funcionarios del gobierno federal censuran la falta de visión del gobernante, la abierta corrupción de sus colaboradores, la continua queja del mandatario y el no saber aprovechar la riqueza natural del estado en beneficio de la comunidad.
De ahí el creciente movimiento ciudadano que con pegotes en vehículos de todo tipo y distribución de los mismos entre la molesta ciudadanía pide la remoción del gobernante, del que dicen esta cobrando demasiado caro los análisis clínicos que otorgaba de cortesía en sus tiempos de Químico.
Ese fue el método usado por el hoy gobernador de Tabasco para llegar a la vida política, aunque los análisis que daba gratis, hoy los cobra a precio de oro, con el desorden tan grande que existe en el estado.
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